jueves, 29 de octubre de 2015

Bruno Amadio y los niños que lloran

Según Wikipedia y otras páginas consultadas (que tienen básicamente la misma información). dice lo siguiente:

 "Bruno Amadio (nacido en Venecia, Italia el 15 de enero de 1911 y fallecido en Padua, Italia, el 22 de septiembre de 1981), más conocido cómo Angelo (Giovanni) Bragolin, Franchot Seville, J. Bragolin (si se lee mal la firma en sus pinturas) ó El Pintor Maldito, fue un pintor italiano nacido en Venecia y afincado en España tras la Segunda Guerra Mundial. Se le atribuyen una serie de 27 retratos conocidos cómo Los Niños Llorones".

Es un pintor célebre precisamente por su serie de pinturas "Los niños que lloran", pero lo que hace célebre a la obra de Amadio, es una leyenda urbana que dice que en los lugares donde se ponen réplicas de sus obras, ocurren desgracias como incendios, muertes trágicas o los habitantes del lugar sufren enfermedades terminales. La leyenda nació cuando un diario inglés a mediados de los 80's publicó una noticia en primera plana que hablaba de una serie de incendios en los que al parecer lo único que salía indemne eran las réplicas de los cuadros del pintor. Pronto el rumor tomó fuerza e hizo que todas las personas que poseían estos cuadros empezaran a deshacerse de ellos, con la firme creencia de que los cuadros estaban malditos. Para colmo, seis semanas después el mismo diario, convocaría a los propietarios de dichas réplicas a llevarlas a sus instalaciones para ser quemadas, lo que terminó en una enorme hoguera en la ciudad de Yorkshire un 31 de octubre durante la noche del halloween.

Una de las razones de la popularización del mito acerca de los cuadros de los niños llorones es que eran muchos los hogares que en esa época tenían una o varias réplicas de algunos de esos cuadros. Las réplicas por lo general eran impresas sobre láminas de cartón o madera muy densas, lo que hacía que fuera difícil que hicieran combustión y lo que provocaba que no se quemaran con facilidad en un incendio.

La obra de Amadio retrata a varios niños tristes, en gesto de llanto. Resulta muy llamativa, especialmente por el brillo de los ojos de los retratos y por su elevado realismo. Según la información oficial, Amadio fue un militar que participó en la segunda guerra mundial, en cuya experiencia tuvo la oportunidad de ver de cerca los horrores causados por la guerra y al regresar a casa, se dedicó a la pintura.

Según la leyenda, Bruno Amadio, habría hecho un pacto con el demonio para popularizar sus pinturas. Sus modelos, serían los niños residentes de un orfanato y habrían muerto todos a causa de un incendio (o tuberculosis dependiendo de la versión). Lo cierto es que recientemente la leyenda urbana ha retomado fuerza en las redes y se ha popularizado bastante, convirtiéndose en tema de programas de televisión, de radio y páginas de internet. A continuación algunas imágenes de la obra de Amadio, tomadas de BrunoAmadio.blogspot un blog dedicado al pintor y su obra.































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